
Corea del Sur, 2008
Una cinta que pretende internarnos en el Seoul de post guerra desde la mirada de dos jovenes que intentan hacerse de un lugar en el mundo, en un microcosmos que se da por el control de un mercado, en donde aprenderán a ser adultos lidiando con la violencia, la miseria, la segregación y la falta de oportunidades.
Ambos jovenes, se inician en el submundo de este mercado, primero vendiendo mercaderias importadas y de dudosa procedencia para luego al tratar de surgir crear una pequeña comunidad de niños dedicados al menudeo de arroz, frente a la escasez de alimentos aprenden a hacer de esta recolección un negocio que, los adultos que pululan en sus vidas los ven como una amenaza, de la que tienen que lidiar con sangre y violencia.
Boys Dont Cry, es una repetitiva formula de como los jovenes ascienden en el mundo del hampa, con la variación de epoca y falta de glamour que nos han quedado de retratos filmicos como A Dirty Carnival o Once Upon a Time in a High School, esta cinta mas realista que efectista esta alejada de esos ejemplos, debido a la frialdad y crueldad que muchas de sus escenas dejan en la mente, en especial aquellas en las que los niños tienen que enfrentarse con adultos por un espacio en donde, como dicen nuestros protagonistas, llevarse una bola de arroz en la boca ya es un privilegio.
Ambos jovenes, se inician en el submundo de este mercado, primero vendiendo mercaderias importadas y de dudosa procedencia para luego al tratar de surgir crear una pequeña comunidad de niños dedicados al menudeo de arroz, frente a la escasez de alimentos aprenden a hacer de esta recolección un negocio que, los adultos que pululan en sus vidas los ven como una amenaza, de la que tienen que lidiar con sangre y violencia.
Boys Dont Cry, es una repetitiva formula de como los jovenes ascienden en el mundo del hampa, con la variación de epoca y falta de glamour que nos han quedado de retratos filmicos como A Dirty Carnival o Once Upon a Time in a High School, esta cinta mas realista que efectista esta alejada de esos ejemplos, debido a la frialdad y crueldad que muchas de sus escenas dejan en la mente, en especial aquellas en las que los niños tienen que enfrentarse con adultos por un espacio en donde, como dicen nuestros protagonistas, llevarse una bola de arroz en la boca ya es un privilegio.
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