
Interesante filme que navega entre el drama y el suspenso y que con sorpresa, se ha convertido en un referente de transgresión en el restringido cine chino.
Hablamos de sopresa, porque es dificil que China permita que su posible candidata al Oscar sea una pelicula distinta a los generos historicos o a los apabullantes dramas que dejen a China bien parada en el mundo dentro de sus cuadriculadas libertades artisticas. Por ello es de celebrar, que esta cinta sea enmarcada en la actualidad, con una visión muy realista de la urbe en contraste con el pasado y con una intención deliberada de escandalizar (algunas escenas de sexo) a los mas puristas de la república Popular China.
Su Director,
Zhang Yibai nos introduce en la vida de varios personajes de un condominio aparentemente tranquilo, sin embargo, entre las personas se inician relaciones extramatrimoniales, chantajes, lucha de clases, obsesiones, venganzas y hasta crimenes, todos vistas desde la optíca de una fotografa voyeur que es el catalizador importante para desenmarañar toda la compleja estructura de las vidas de estos aparentes tranquilos vecinos.
Lo interesante del tema radica, en la importancia y peligrosidad del elemento curiosidad en la historia, el cual como el refran que da titulo a la cinta, se refleja tras los ojos de la fotografa obsesionada por saber los secretos de sus vecinos, destapandose como base argumental, la relación de una pareja de esposos aparentemente normales pero que esconden ambos, motivaciones e infidelidades que se desarrollan en un mismo entorno (el esposo con la peluquera (deliciosa
Carina Lau) y la esposa con el vigilante del edificio).
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