
Thailandia, 2009
Dirigida por Pen-Ek Ratanaruang
El director de Last Life in The Universe y de la maravillosa Ploy, el genial Pen-ek Ratanaruang regresa con su ultimo trabajo llamado Nymph, una cinta que transita en diversos rumbos pero todos con ese sello que caracteriza el cine de este artesano tailandes.
Siempre hemos dicho que Ratanaruang es un director irregular pero del que nunca uno, deja de admirar su cine, tiene peliculas redondas como Ploy (una de las peliculas que me llevaria a una isla desierta) y cosas tan raras como confusas como Invisible Waves, pero cada una de ellas tiene una profundidad en cada fotograma y en cada escena que son realmente dificiles de considerarlas deleznables.
Y ahora nos llega, Nymph, una de las peliculas que mas he esperado este año por la fascinante sensación de haberme deleitado con Ploy, pero me doy con la sorpresa que Ratanaruang ha escogido un camino distinto, mas experimental, mas austero y reflexivo en una pelicula que, aunque no es imprescindible en su filmografia nos transporta a un universo que solo este director tailandes puede crear.
Ratanaruang, es un celebre creador de atmosferas, su camara es el narrador invisible de los universos que se permite crear a través del cine, sus cintas transmiten soledad y lejania, sus personajes se extravían en sus historias de una manera admirable, son como titeres que han roto las cuerdas del titiritero y que tan solo vagan en los escenarios como si de fantasmas se tratasen que cargan en sus espaldas el desamor, la incomunicación y el dolor de la ausencia.
En Nymph, Ratanaruang se encamina inicialmente y hasta tramposamente por las sendas de una historia de terror minimalista que se inicia con una persecución de dos hombres tras una mujer a la cual quieren violar en un bosque, seguidos por una camara tambaleante y poco complice que obvia filmar directamente y subliminalmente nos relata el acto cruel contra la femina para luego en un plano sublime mostrarnos a los dos hombres muertos en el rio. Un comienzo de cinco minutos magistralmente filmados que nos habla de toda la destreza de este director Tailandes para sorprendernos con una atmosfera que nos hizo recordar algo a las Bruja de Blair y a la pelicula argentina Los Muertos, evidentemente con ese toque Ratanaruang.
Luego de esta escena, en donde la naturaleza pura del bosque se conjuga con un acto cruel y sucio que contamina ese territorio casi virgen, se nos coloca a una pareja de esposos algo incomunicada al nivel de pareja, tanto así que no mantienen relaciones desde hace un buen tiempo, el es un fotografo que esta encargado a tomar fotografias del bosque en donde ocurren los hechos criminales y ella, una yuppie que engaña a su marido con su jefe desde hace dos años.
Entonces lo que parecia ser una historia de suspenso o de terror, es una excusa para exponer el tema que tanto apasiona a este director tailandes, el desamor y el fin de una relación, la ausencia y el sentimiento de culpa, poniendo a la pareja en una situación de ruptura, quizas no fisica en su totalidad, pero si espiritual y sentimental, simbolizada quizas de una manera fantastica a través de la extraña mujer del bosque (la violada al inicio de la cinta).
Siempre hemos dicho que Ratanaruang es un director irregular pero del que nunca uno, deja de admirar su cine, tiene peliculas redondas como Ploy (una de las peliculas que me llevaria a una isla desierta) y cosas tan raras como confusas como Invisible Waves, pero cada una de ellas tiene una profundidad en cada fotograma y en cada escena que son realmente dificiles de considerarlas deleznables.
Y ahora nos llega, Nymph, una de las peliculas que mas he esperado este año por la fascinante sensación de haberme deleitado con Ploy, pero me doy con la sorpresa que Ratanaruang ha escogido un camino distinto, mas experimental, mas austero y reflexivo en una pelicula que, aunque no es imprescindible en su filmografia nos transporta a un universo que solo este director tailandes puede crear.
Ratanaruang, es un celebre creador de atmosferas, su camara es el narrador invisible de los universos que se permite crear a través del cine, sus cintas transmiten soledad y lejania, sus personajes se extravían en sus historias de una manera admirable, son como titeres que han roto las cuerdas del titiritero y que tan solo vagan en los escenarios como si de fantasmas se tratasen que cargan en sus espaldas el desamor, la incomunicación y el dolor de la ausencia.
En Nymph, Ratanaruang se encamina inicialmente y hasta tramposamente por las sendas de una historia de terror minimalista que se inicia con una persecución de dos hombres tras una mujer a la cual quieren violar en un bosque, seguidos por una camara tambaleante y poco complice que obvia filmar directamente y subliminalmente nos relata el acto cruel contra la femina para luego en un plano sublime mostrarnos a los dos hombres muertos en el rio. Un comienzo de cinco minutos magistralmente filmados que nos habla de toda la destreza de este director Tailandes para sorprendernos con una atmosfera que nos hizo recordar algo a las Bruja de Blair y a la pelicula argentina Los Muertos, evidentemente con ese toque Ratanaruang.
Luego de esta escena, en donde la naturaleza pura del bosque se conjuga con un acto cruel y sucio que contamina ese territorio casi virgen, se nos coloca a una pareja de esposos algo incomunicada al nivel de pareja, tanto así que no mantienen relaciones desde hace un buen tiempo, el es un fotografo que esta encargado a tomar fotografias del bosque en donde ocurren los hechos criminales y ella, una yuppie que engaña a su marido con su jefe desde hace dos años.
Entonces lo que parecia ser una historia de suspenso o de terror, es una excusa para exponer el tema que tanto apasiona a este director tailandes, el desamor y el fin de una relación, la ausencia y el sentimiento de culpa, poniendo a la pareja en una situación de ruptura, quizas no fisica en su totalidad, pero si espiritual y sentimental, simbolizada quizas de una manera fantastica a través de la extraña mujer del bosque (la violada al inicio de la cinta).
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