Dirigida por Faruk Kabir
es otro heroe de acción que sigue la estela de grandes nombres en la India quien aún con titulos tan irregulares no logra convertirse en la estrella comercial que merece ser, pero quizas con esta saga Khuda Haafiz ha construido un camino por donde quizas ha entregado su mejor papel a nivel actoral y de acción, con un personaje tan brutal como lastimosamente maldito.
Es que si en la primera parte tuvo que enfrentar el secuestro y violación de su esposa frente a una mafia de trata de personas esta vez tiene que ver morir a su hija adoptiva para enfrascarse en una caceria tan brutal y violenta que tanto argumentalmente como visualmente esta más alla de los estandares del cine Indio y más facilmente puede ser otra pelicula de venganza que el cine coreano nos suele regalar.
Violenta, cruda y desgarradora esta secuela nos pone de nuevo en el papel del hombre común que debe vengar la muerte de su hija adoptiva y enfrentarse al poder politico, la corrupción y el doble discurso de los medios para hacer justicia frente a miserables que le quitaron las ganas de vivir y enfrentarse a la venganza como redención del fantasma de su hija.
Escenas de acción brutales con muchas similitudes al cine de Gareth Evans, se construye una cinta de artes marciales entretenida y dolorosa a la vez que repite el camino de rastreo y exterminación de todos los que le hicieron daño a sus seres más queridos, emulando al argumento de la primera parte pero aumentandole el dramatismo y la violencia en una mayor proporción y espectacularidad que hacen que esta secuela sea mejor que su antecesora en todo sentido.