Dirigida por Hitoshi Matsumoto
Me considero un fanatico de proporciones de Matsumoto, la forma como toma el humor y experimenta con situaciones bizarras como en el caso de Symbol o la fantastica y emotiva aunque también extraña Scabbard Samurai, son cintas que me han permitido conocer a este comico japones que se ha afincado en el cine de su país, como un estudioso e innovador director que utiliza lo extraño, lo cotidiano y lo ingenioso para hacer una comedia primaria pero a la vez reflexiva.
Pero esta vez, lo extraño, lo bizarro y lo desproporcionado viene en dosis intensas escondidas en un formato fillmico que solo sirve de empaque para sus desvarios comicos y sus ganas de sorprender y exponer al espectador hasta los límites de la permisibilidad del humor, sin que por ello, se nos presente algo vulgar o impresentable, ni nada por el estilo, solo que esta vez Matsumoto ha estilizado su humor y lo ha llevado a limites hasta tridimensionales.
Digo Tridimensionales, porque Matsumoto nos presenta R100 como una pelicula que cuenta la historia de una pelicula, en donde nuestro protagonista, Mao Daichi, es un hombre común que tiene a una esposa en estado vegetal en un hospital y a un hijo menor que espera con ansias el retorno de su madre, el cual decide que es el momento de darle algo de placer a la carne y visita un club de "Bondage" (Sadomasoquismo) firmando un contrato permanente y oscuro, en donde, aceptaba ser sometido y castigado en cualquier parte y en cualquier situación, pero la situación se le va de las manos y tiene que enfrentarse a una organización sadomasoquista internacional para poder liberarse del placentero castigo.
Pero esta vez, lo extraño, lo bizarro y lo desproporcionado viene en dosis intensas escondidas en un formato fillmico que solo sirve de empaque para sus desvarios comicos y sus ganas de sorprender y exponer al espectador hasta los límites de la permisibilidad del humor, sin que por ello, se nos presente algo vulgar o impresentable, ni nada por el estilo, solo que esta vez Matsumoto ha estilizado su humor y lo ha llevado a limites hasta tridimensionales.
Digo Tridimensionales, porque Matsumoto nos presenta R100 como una pelicula que cuenta la historia de una pelicula, en donde nuestro protagonista, Mao Daichi, es un hombre común que tiene a una esposa en estado vegetal en un hospital y a un hijo menor que espera con ansias el retorno de su madre, el cual decide que es el momento de darle algo de placer a la carne y visita un club de "Bondage" (Sadomasoquismo) firmando un contrato permanente y oscuro, en donde, aceptaba ser sometido y castigado en cualquier parte y en cualquier situación, pero la situación se le va de las manos y tiene que enfrentarse a una organización sadomasoquista internacional para poder liberarse del placentero castigo.
Se aplaude la osadia y la valentía por el cambio de estilo y de humor mas osado y experimental, pero se extraña la frescura de ese histrionismo que conllevan sus personajes, esta vez mas oscuros y a la vez caricaturescos e irreales, convirtiendose la cinta en una simbiosis entre el flagelado sadomasoquista y cada una de sus rectoras, en un sinfin de gags unos que tienen un humor malsano y otros escatologicos que pueden hasta herir susceptibilidades.
Otra obra de este comediante japones que es uno de los mas experimentales directores del mundo en este genero, haciendo de sus trabajos un excelente portafolio de lo genial que puede ser el humor japones, aunque esta no sea su cinta mas lograda e incluso la mas incomprendida, no deja sin sorpresa a quien la vea, provocando o entendiendo, sigue siendo un pedazo de cine, del que esperamos mucho mas en el futuro.
Chowfanmometro; 07/10
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